
¿Alguna vez te has puesto a pensar en lo que realmente estás comprando cuando eliges una cartera de lujo, unos zapatos de diseñador o el último aparato tecnológico?
Aunque parezca que estás pagando por el producto en sí, la realidad es muy otra: estás pagando por la marca. Y con ella, por todo lo que esta representa!
El verdadero valor está en lo intangible
En un mundo donde los costos de producción se reducen cada vez más, gracias a la automatización, la tercerización y la producción a gran escala en países como China, la verdadera diferenciación ya no está en el objeto físico. Hoy, el valor no se mide en materiales, se mide en lo que representa cada señal para nosotros, en las historias que cuentan las marcas y que resuenan con cada uno de nosotros, en resumen se mide en significados.
No compramos productos. Compramos Marcas, con esas marcas compramos estatus, pertenencia, identidad.
Compramos una historia!
Las marcas como señales sociales
El marketing moderno ha entendido lo que la psicología del consumidor ya había descubierto: las marcas funcionan como señales costosas. Es decir, como una forma de demostrar al mundo que podemos permitirnos pagar más por algo que, en esencia, no necesitamos pagar más.
Estas señales comunican cosas como:
- “Pertenezco a este grupo.”
- “Tengo este nivel socioeconómico.”
- “Me identifico con este estilo de vida.”
- “Este es el tipo de persona que soy.”
Y estas señales son poderosas porque son visibles, emocionales y fácilmente reconocibles. El logo en tu camiseta, el diseño de tu teléfono, la marca de tu cartera… todo comunica.
Un ejemplo que se ve en la naturaleza
Desde antes de hablar de este tema en la psicología del consumidor, en la psicología evolutiva se habla de la teoría de las señales costosas. El Pavo real ha desarrollado su gran cola, llena de hermosos y llamativos colores, solo para demostrar que su ADN es diferente, que no está hecho como el resto de aves, de animales; se considera costosa, ya que esa es su única función, comunicar su diferencia.
Entonces… ¿qué compramos realmente?
Las marcas más exitosas no venden productos. Venden sueños. Venden pertenencia, aspiración, validación social.
En un mercado saturado de opciones, lo que diferencia a una marca poderosa es su capacidad de conectar con emociones, con estilos de vida, con deseos profundos.
Así que la próxima vez que compres algo, hazte esta pregunta:
¿Estoy comprando un producto… o estoy comprando una marca?
Por mi parte, soy de esas que compra las marcas que admira, me preocupo por encontrar la historia de lo que compro, y para mí si es importante y significativo que respalde el mensaje de lo que soy como persona, esto no quiere decir que sean marcas reconocidas o famosas, algunas veces encuentro en pequeñas marcas ese yo no se qué….que enamora
¿Y tú?
¿Te has dejado llevar alguna vez por el valor simbólico de una marca? ¿Cuál ha sido tu experiencia? Te leo en los comentarios.
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