
Sé que muchas marcas latinoamericanas sueñan con crecer, abrir nuevas tiendas o conquistar otros países… pero también sé lo intimidante que puede ser lanzarse sin saber cómo va a reaccionar tu consumidor en cada mercado. Por eso quiero hablarte de algo que, para mí, es un game changer en retail: las tiendas pop-up.
Y sí, tengo un ejemplo que me encanta: Johanna Ortiz.

¿Qué hace tan especiales a las pop-ups?
Primero, piensa en ellas como una herramienta para tantear terreno antes de comprometerte con una tienda fija. Lo que Johanna ha hecho en París con La Plaza Johanna Ortiz dentro de Le Bon Marché, o su JO Caravan en Miami y Los Ángeles, no es solo vender ropa. Son experiencias inmersivas donde cada detalle —flores, café, texturas, colores— está pensado para emocionar y acercarte a tu cliente.
Pero no es solo romanticismo: estas son las razones estratégicas que hacen que una pop-up funcione:
- Exclusividad y FOMO: La temporalidad crea urgencia. El cliente sabe que si no va ahora, se pierde algo único. Ediciones limitadas, lanzamientos anticipados… todo suma para que la visita sea especial.
- Experiencias memorables: No es solo comprar, es vivir la marca. La música, la iluminación, los aromas y los detalles cuentan la historia de tu marca y dejan un recuerdo que el cliente no olvida.
- Conocer de cerca al consumidor: Aquí está la magia. Puedes observar cómo interactúa con tus productos, qué estilos le gustan más, qué colecciones generan emoción… y ajustar tu marca a necesidades concretas de cada mercado. Esto convierte al pop-up en un verdadero laboratorio de mercado.
- Bajo costo y flexibilidad: No necesitas una inversión millonaria en un local permanente. Puedes probar nuevas líneas, abrir mercados y medir la respuesta real de los clientes sin comprometerte a largo plazo.
- Impacto digital y emocional: Un pop-up bien diseñado se comparte solo. Los clientes generan contenido en redes, crean conversación sobre tu marca y amplifican tu alcance. Además, la cercanía personal fortalece la relación y fideliza: los clientes se sienten vistos y escuchados.
Mi conclusión:
Las pop-ups no son un lujo; son una estrategia para conectar, aprender y crecer. Johanna Ortiz nos muestra que, con creatividad y visión, una marca latinoamericana puede conquistar mercados internacionales sin perder su esencia.
Si estás pensando en expandir tu marca, no subestimes el poder de probar primero, conectar y emocionar. Y créeme, esto no solo te deja insights de mercado, también crea clientes enamorados de tu marca desde el primer día.
Lina González
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